Luz Arcas es bailarina, coreógrafa y directora escénica. Funda la compañía La Phármaco en 2009. Recoge sus últimos trabajos en dos proyectos: Bekristen/ Tríptico de la prosperidad (2019-2023), formado por las piezas La domesticación, Somos la guerra y La buena obra, coproducido por el Festival de Otoño, Centro de Cultura Contemporánea Conde Duque y Teatros del Canal de Madrid, el Teatro Central de Sevilla y el Centro de Creación Contemporánea Graner de Barcelona, y el Ciclo de los milagros (2020- 2022), formado por las piezas Toná, Trilla y Mariana, ésta última coproducida por la Bienal de Flamenco de Sevilla, Teatros del Canal de Madrid y Ma-scène nationale Pays de Montbèliard.
Ha coreografiado para el Víctor Ullate Ballet (2018), la Compañía Nacional de Danza de El Salvador (2019, 2021), el IPCNA de Perú (2021), la ópera Rigoletto (2023), dirigida por Miguel del Arco, producción del Teatro Real de Madrid, Ópera de Tel Aviv, ABAO Bilbao y el Teatro Maestranza de Sevilla y la FIL de Guadalajara, México (2024).
Como directora escénica ha creado Todas las santas (2022), en colaboración con las actrices salvadoreñas Egly Larreynaga y Alicia Chong, coproducida por el FIT de Cádiz, y Psicosis 4.48 (2023), coproducida por el Teatro Español de Madrid.
Es autora del libro Pensé que bailar me salvaría, editado por Contintametienes.
Es Premio Godot a la Mejor Obra de Danza 2023 (Mariana), Finalista a los Premios Talía 2023 (Mariana), Finalista a los Premios Max en varias categorías en 2022 (Somos la guerra) y en 2017 (Kaspar Hauser. El huérfano de Europa), Premio El Ojo Crítico de Danza 2015, Premio Mejor Intérprete Femenina de Danza 2015 en Premios Lorca, Premio Injuve 2009 y Málaga Crea 2009.